domingo, 11 de julio de 2010

ESPAÑA

Orgulloso de ser Español solo lamento no haber dado la talla a la hora de celebrar semejante victoria. Es lo suficientemente grande el hecho de ser campeones del mundo como para hacer un paréntesis, parar el mundo, bajarse, mirarlo desde lejos e intentar disfrutarlo.

Cada uno hace lo que puede.

miércoles, 7 de julio de 2010

hasta luego.

Una vez mas debo dejar de escribir por un tiempo mas o menos largo dependiendo de mi estado de animo.

Total, nadie lo leía.

viernes, 2 de julio de 2010

soberano y absoluto

He pensado en el suicidio, la autocompasión, la risoterapia, en bajar a comprar tabaco, en comer, en dejar de comer si mi estómago sigue repeliendo cualquier alimento, en retraerme, en pedir una vez mas disculpas, en borrar mi mente y empezar de cero, en salir a conocer gente, en dormir durante años, en beber menos cocacola, en dejar de fumar, en los viajes en el tiempo, en el karma, en el horóscopo, en religiones minoritarias y en películas de los 90.

No creo que nada de eso me saque de mi absurda espiral de aburrimiento.

lunes, 21 de junio de 2010

Me llamo Rubén

Por algún extraño motivo llevo días durmiendo apenas unas horas.

La desocupación te hace entrar en el circulo infinito de la vaguería extrema y todo lo que esté mas allá de la televisión o internet pasa a ser un universo desconocido.

Ojeando sin mucho ánimo la primera opción, y con un amplio abanico de mas de cincuenta canales, fui a parar, quiero pensar que no de casualidad, con un interesante documental en el que se exponía cierta información científica que mas que afirmar no descartaba la opción de los viajes en el tiempo.

Aunque le presté más atención que a nada este último mes, saque más o menos en claro que cuanta mas velocidad (cifras cercanas a la velocidad de la luz) mas despacio pasa el tiempo, y que cuanta más masa en un punto (agujeros negros, para poner un ejemplo plausible) mas lento pasa el tiempo. Tras asombrarme a mi mismo por la rapidez en la que convertí la más avanzada ciencia en un chiste de gordas, en mi cabeza claro, pues estaba solo, descarté por completo toda la información objetiva y para gente de un nivel intelectual mayor que el mío y me limité a darle vueltas al concepto del tiempo.

Cuando pasas casi dos días sin ver a una persona, valga la redundancia, en persona, te planteas tu existencia; pero cuando no haces nada por remediarlo, entonces es normal. Me alivió llegar a esta conclusión, pero una vez descartada de mi mente la opción de convertirme voluntariamente en un exiliado de la vida social volví a pensar en el concepto del tiempo.

Sinceramente no me importaría morir mañana, no es una idea suicida ni mi vida es lo suficientemente mala como para ni si quiera plantear nada parecido, pero no puedo vivir con esa presión. Pero aliviar esa presión eso no me hacia dormir mejor.

Repasando una lista mental no conseguí echarme en cara nada que tener que cambiar para poder dormir tranquilo. No era no haberme matriculado en la universidad, ni no haber sido lo suficientemente bueno como para que mi novia no me dejase, ni haber roto voluntariamente una mas que buena amistad sin un motivo aparente. No era ningún caso en concreto, pero iba por el buen camino.

Tantos capítulos de "me llamo Earl" habían, con la ayuda de los que me enorgullece llamar mis amigos, conseguido que abriera los ojos y me diese cuenta de que, muy probablemente, no sea la bellísima persona que siempre he creído y querido ser.


No soy un criminal ni un mentiroso, pero desde luego no soy lo que por definición se conoce como una buena persona. No voy a hacer una lista, ni voy a enmendar todos mis errores del pasado; pero arreglaré lo que deba, y trataré de hacerlo todo, a partir de ahora, mejor; aunque para ello sea yo, por una vez, el que tenga que sacrificarse.

Al menos, estoy seguro de que dormiré mejor.

Para los que se tomen a broma mi "insomnio" solo añadiré la vieja frase, más no quiere decir mejor.

Para empezar con este nuevo estilo de vida este espacio se empieza a llamar desde hoy, Me llamo Rubén.

Haz cosas buenas y te pasarán cosas buenas.

martes, 23 de marzo de 2010

Mens sana in corpore sano


Ciertamente será la experiencia la que te haga fuerte. Extrapolando cualquier actividad humana a la gimnasia, así llamado en tono ofensivo por sus detractores al deporte, puedo decir y digo que más vale el esfuerzo que la aptitud. La pereza me acompaña de la mano, pero eso no hace si no reforzar mis pocas horas útiles del día para centralizarlas en los campos que más fuerte me veo. Pues como dice el dicho, más sabe el diablo por viejo que por diablo. Si dedicas media vida a algo, por joven que seas, serás perro viejo en esa actividad.
Mis aptitudes no son ni mas ni menos que las de una persona corriente, con un ego que me hace creer superior a la media en cuanto actividades mentales se refiere, y un uso indiscriminado de recursos estilísticos que avalan mi mentira.

Pero la vergüenza me ayuda y me empuja al esfuerzo. Cada ocasión la aprovecho al máximo para aprender y nutrirme; y haciendo un sobrehumano uso de memoria soy capaz de con retales, crear un aparente dominio de la situación, y sobre este, comenzar un tedioso pero efectivo ejercicio de aprendizaje con el que sentar unas bases.

Sinceramente, el que no pregunta no aprende. Fallaré y seré corregido. Asumiré responsabilidades que me superen años luz. Improvisaré y haré uso del ensayo error.

Pero antes o después, sin apenas notarlo, me podrán llamar experto.

jueves, 25 de febrero de 2010

Una mente maravillosa

No es en el hecho de escribir, pues ya no se diferencia mi caligrafía de la de un ilustrado, no es la capacidad de síntesis o el adecuado uso de los términos, ni tampoco el complejo reglaje que pueda tener nuestro idioma centenario.

La clave del éxito habita en un sitio a dónde sólo algunos y en contadas ocasiones tienen el placer de viajar; dónde el buen gusto se codea con la originalidad y en el cual, sin esa experiencia, ese tacto y ese nivel de compresión, sería imposible hacer las cosas difíciles, fáciles, dónde encontrarle la cuadratura al círculo y los tres pies al gato.

Y benditos sean aquellos, quiénes con más afán que ánimo de lucro, sin miedo al que dirán y creyentes de sus propias doctrinas, informan, divulgan y nutren de conocimiento a las mentes sedientas de saber, que por una u otras razones, no son capaces de completar solos su viaje.

Habríamos de agradecer, sin duda, las herramientas con las que contamos, no siendo tan importante el medio en sí, como su fin, siempre y cuando no se corrompa, se infecte y se plague de mentiras como puños que controlen a las masas a golpe de talonario.

Ya se sabe, quién hace la ley, hace la trampa.


Vivimos nadando entre mentiras a medias, estadísticas no representativas y arrogantes magnates sin escrúpulos esclavizando al criterio y el saber hacer de las mentes privilegiadas.



Pero señores, es la pescadilla que se muerde la cola, la evolución estará asociada, hoy y siempre, en la naturaleza humana, al bien propio, al arte de la guerra y a las luces de neón en forma de dólar (Por mucho que mejore el euro no se podrá cambiar € por $, visualmente hablando).


Y pesarán en los corazones de todos los que, en contra de su buena voluntad, tengan que prostituir su oficio por el bien de la evolución, aunque eso suponga lucrar a gobiernos y empresas carentes de escrúpulos o caridad humana.



Por todos los que ocupasteis mis horas de biblioteca y leísteis los libros qué yo no leí...

martes, 9 de febrero de 2010

Sopa de letras.

"El paisaje era desolador, apenas se oía movimiento en las calles, o lo que quedaba de ellas, y tan solo lejanos quejidos y llamadas de auxilio rompían la aterradora calma que reinaba.



Se levantó tras apartar los escombros con la ayuda de un trozo de lo que, aparentemente, parecía su hasta entonces preciosa mesa de roble, y miró al cielo amenazante. No notaba el dolor, ni el frío, ni siquiera estaba seguro de saber que había pasado, pero sabía que era de vital importancia volver a encontrarse con ella. Vivía cerca, tanto que de no ser por la gran nube de polvo que cubría la calle hubiese sido capaz de distinguir su edificio. Apenas se orientaba, pero más por fuerza de voluntad que por capacidad física se movía más rápido que como jamás lo había hecho. Tenía unas profundas ganas de llorar, pero no había tiempo para lamentos. El trayecto de unos pocos metros parecía haberse convertido en kilómetros, y se prometió que moriría, si fuese preciso, en el intento.

Y así fue, pero se permitió el lujo de formar una ultima reflexión cuerda en su mente. No se arrepentía de nada o casi nada de lo que hubiese hecho o dicho, no deseaba volver al pasado a cambiar nada o casi nada de lo dicho o hecho, no se echaba en cara ni su enorme mediocridad que tanto odió en tiempos pasados. Sólo, y no quiso admitirlo hasta ese momento, cuando ya nada tiene valor, se arrepentía de no haber sabido demostrar a quienes le rodeaban la importancia que tenían, a quién amó que la amaba y a quién perdió que lo sentía"