viernes, 11 de septiembre de 2009

Silencio sepulcral

¿No has pensado que si no digo nada, a lo mejor, es que no tengo nada que decir?

Sin embargo, son tantas las cosas que rondan mi cabeza, que necesitaría varías vidas para tan solo entenderlas.

En la variedad está el gusto aunque en mi gusto no haya demasiada variedad. Nunca supuso un problema, tampoco el cuando, realzando así la importancia del como, y para destruir el como, encontré por el camino al ¿por qué?

Al final será este último el que aflore y pinte el lienzo de nuestra verdad, de lo que comunmente se llama personalidad y los más fantasiosos llamamos alma.

No tiene nada de malo creer en lo místico si no le das una trascendecia obsesivo-compulsiva.
Y nada tendrá sentido si capamos la gana (lo siento Santi si te molestan los términos filosóficos) y dejamos que otras almas, posiblemente corruptas, decidan por nosotros.

Hoy el Sr Antonio Lunque, Sr. chinarro para los oyentes, a concedido una entrevista a El Pais.
Sin duda es interesante, pero extraeré de ella un refrán del cual soy partícipe, claro ejemplo o significado en esencia: "explicación no pedida, culpa manifiesta".

Aunque nunca hice ni haré apología a la autodestrucción, que me parta un rayo si quiere. Será la única forma que tendrá un Dios, si lo hay, de poner a cada uno en su sitio.


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