lunes, 27 de abril de 2009

MIedito



Cuando se nubla el cielo se me nublan las ideas. No le doy esa rienda suelta, que cuando hay sol, mi cerebro utiliza como vía de escape a los pensamientos sobrantes de mis repletitas neuronas. Aun así, probaré suerte.

Otra cosa que me nubla, y valga la redundancia hiperbólica, si cabe más que las propias nubes, es el miedo. Lo malo del miedo es que está todos los días, lo bueno, que te mantiene alerta. He llegado a la conclusión de que mi estrés es a causa del miedo.

El miedo se puede transformar en varios eufemismos y enmascararse, guardando así, hasta el mas cobarde, una falsa apariencia de ironman.


Enumeraré una parte de mis temores, sin tener en cuenta los meramente físicos, como el vertigo que frustra mi sueño de volar.

La vergüenza: El miedo escénico o miedo al ridículo. Algunos le llamarán dignidad, pero que se engañe quien quiera.

El miedo al cambio: Conformismo y falsas felicidades. Necesidades cubiertas por temporales placebos que impiden nuestro avance, mermado por unos temores a un futuro más desafortunado.

El miedo al compromiso: Antitesis del miedo al cambio, aunque no incompatibles dependiendo de cada razón. Este realmente es el que te hace merecedor de ser tildado de cobarde.

El miedo a perder: Parecido al miedo al cambio, pero sin crear falsas expectativas, simplemente aceptas todo tal y como es, y utilizas la máxima de "Quien no apuesta no pierde"

Miedo al paso del tiempo: Este es el que realmente acojona, no por el paso del tiempo en sí, si no por todo lo bueno que no valoramos y dejamos en el camino. Es el que nos llena de lamentaciones, y en parte, es el que nos obliga a ser más fuertes.

Creo que son suficientes miedos para causarme estrés, y creo que poco a poco los iré afrontando cuando tenga oportunidad.

Algo optimista sobre el paso del tiempo nos los cuenta Mark Knofler con Dire Straits.

Walk of life



Dormid los que podáis.

1 comentario:

  1. el tiempo... que es el tiempo?? no era ago relativo? algo inventado? hmmmm

    yo el miedo al ridículo lo veo más como orgullo y no dignidad, pero tambien vale...

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