jueves, 13 de agosto de 2009

Una mano sobre el pecho, la otra apoyada sobre aquel libro. Juraba que decía la verdad y era creído a medias por el populacho. Sentía que podía andar sobre el agua, nadar en la lava o conquistar cualquier meta que se propusiese, pero era ahora, con ella presente, cuando se notaba débil en un ámbito desconocido para su persona.

Incapaz de mejorar con palabras una situación apenas sostenible por los pilares del amor, el respeto, la pasión y los recuerdos.

El ser humano, siempre atado a un pasado dificil de olvidar, siempre cargando lastre.

El sin embargo olvidaba con facilidad. Cerraba los ojos y se autoconvencía de que, pasara lo que pasara, no le borrarían la sonrisa de su cara. Pero hacía tiempo que esa sonrisa era forzada. Sólo quería conseguir lo que nunca había conseguido. Sólo quería encontrar su sitio en el mundo, y no hacerlo solo.
Pero no lo consiguió. No lo conseguirá nunca.
Quizás sea su arrogancia, o chulería natural como él prefiere llamarla, quizás sea el karma...
Sea como fuere parece que el destino prefiere verle morir solo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario